lunes, 9 de enero de 2012

El árbol de la vida (1)

Jesús Morales




El árbol de la vida es un elemento de una amplia riqueza simbólica que ha acompañado al hombre a lo largo de la historia de la humanidad. Lo encontramos presente en la ciencia, en la religión, en la filosofía y en diferentes mitologías. El árbol como tal representa en el sentido más amplio, la vida del cosmos, su densidad, representa también el crecimiento, la proliferación, la generación y la regeneración. Desde el punto de vista religioso se usa para simbolizar la vida inagotable que equivale a la inmortalidad. Para los cristianos el árbol de la vida representa el árbol del bien y del mal, ese árbol que está en el centro del paraíso. Para la tradición cabalística, es un símbolo, una enseñanza, una imagen del mundo que vemos, que representa una transformación espiritual, la comprensión de todo aquello que está vivo, el universo entero;  No representa  la imagen “visual”. Sino más bien el orden que se establece a partir de dicha imagen.


Es uno de los símbolos cabalísticos más importantes del judaísmo. Representa un estado que acerca a la comprensión de Dios y a la manera en que él creó el mundo. La Cábala desarrolló este concepto como un modelo realista que representa un «mapa» de la Creación.
Se emplea también de manera alegórica  para significar un concepto místico que alude a la interconexión de toda la vida en nuestro planeta y a la vez viene a ser un símbolo de la descendencia común en el sentido de la evolución, de ahí que se hable de “árbol genealógico”.

Las citas que encontramos acerca de este elemento  en los libros sagrados del judaísmo, el cristianismo y el islam manifiestan o ponen en evidencia la importancia que tenían los árboles en la vida cotidiana y en la imaginación de las culturas de milenios pasados.

En los diferentes libros que componen La Biblia, tanto en el antiguo como en el nuevo testamento, hallamos más referencias a árboles y bosques que a otros organismos vivientes, incluso muchas más referencias que a los seres humanos. Para el Cristianismo una de las imágenes más recordadas en torno a un árbol está la del monte de los Olivos, lugar también mencionado como Getsemaní:. “Salió  y,  como  de  costumbre,  fue  al monte de los Olivos…” (Lucas 22,39).Allí Jesús se reunió con sus apóstoles antes de ser arrestado. En la actualidad este lugar está ubicado en el valle de Kidrón, al este de Jerusalén y es lugar de peregrinación por parte de Cristianos provenientes de diversas partes del mundo.

Textos sagrados como los Hadiths islámicos, los Mishnah judaicos y los escritos de los antiguos padres de la Iglesia cristiana-católica contienen cantidades de relatos sobre tradiciones y leyendas relativas a plantas. Algunas referencias a plantas en los primeros escritos cristianos han llegado incluso a hacerse tan familiares que se las supone procedentes de los textos sagrados.

En la religión prevédica, pilar del hinduismo, encontramos diferentes alegorías a la fertilidad y a la madre tierra. Allí encontramos menciones a los árboles, considerados como el centro de la fortaleza de la tierra. Para el  hinduismo y el budismo, existen referencias a un árbol sagrado llamado Ashoka, el árbol del dios  Shiva. En la literatura védica, se menciona a un árbol  de Ashoka  que anhela  el toque  de los pies de  las doncellas,  y que  sólo  con  ese  contacto  florecerá.  La  poesía  y el  drama  pertenecientes a esta tradición refieren  muchas  veces  esta  antigua  creencia  y gustan  de comparar  el anhelo  del árbol  por el contacto  con los  pies  de  la doncella,  con  el  que  siente  un  amante  por su enamorada. El Ashoka es  un árbol indio (Saraca Índica) que da unas flores rojas que son en India el símbolo del amor apasionado. Igualmente, el Ashoka es una alegoría de la fertilidad tanto física como espiritual; así, se le atribuye la propiedad de conceder hijos a las mujeres, pero también es, en la tradición jaina, el árbol bajo el que alcanzó la iluminación Mahavira (Santo hindú, iniciador del yainismo).

El árbol de Ashvatha no sólo alude al Árbol del Conocimiento; juega un papel muy importante en la vida del Buda. Según diferentes leyendas, toda la historia de la vida del Buda está íntimamente relacionada con árboles, debajo de los cuales se realizan siempre los acontecimientos de mayor significado.

Al sentir Maya que la hora del nacimiento de su hijo había llegado, se dirigió al jardín de Lumbini, porque tenía que dar a luz al futuro Buda en un bosquecillo sagrado. Tranquila, con una mano apoyada en el árbol Ashoka, trajo a su hijo al mundo.



En la tradición budista encontramos el árbol de Budhi, el cual es un símbolo sagrado de esta religión, este árbol representa al árbol de la iluminación. Para Budismo, Shiddhartha Gautamá, se sentó por varias semanas a meditar (aunque ha diferencias con respecto al tiempo) bajo el árbol de Budhi, donde alcanzó la revelación de su misión.

Se dice que Lao Tzu, también conocido como Lao-Tsé, uno de los filósofos más relevantes de la civilización china, fundador del taoísmo también nació bajo un árbol; he allí que el taoísmo relaciona al árbol con la rectitud, la sabiduría y la humildad.




En el Bhagavad Gita (XV, 1.4) el Árbol Cósmico no solo representa el universo, sino también la posición del hombre en el mundo. El original dice: “(Él tiene) Raíces dirigidas hacia arriba y sus ramas hacia abajo, sus hojas son los himnos de los Vedas”. Así se habla del Ashvatha imperecedero.

Para los egipcios, los árboles representan objeto de veneración, de conexión con lo divino. En Egipto encontramos el árbol de Sicomoro, que representa al árbol cósmico el cual sirve de aposento a los dioses. Sobre las ramas del sicomoro se sientan las almas de los muertos en forma de pájaro. Gracias a este árbol sagrado las almas regresan al seno del mundo divino, de los seres eternos, que simplemente habían abandonado ese mundo divino por la duración de una vida humana.

En las representaciones egipcias se encuentra frecuentemente el motivo del Árbol de la Vida, del cual nacen brazos divinos que están llenos de regalos y que riegan el Agua de la Vida de un recipiente.

Los griegos dedican el árbol de Olivo a la diosa Atenea, que era un símbolo de paz  y prosperidad. También en Atenas, se utilizaba para la corona de los campeones olímpicos. La imagen del árbol es un símbolo de gran importancia para el despertar espiritual, es una imagen protectora. En la medicina tradicional china, se relaciona al hígado y la vesícula biliar y al alma espiritual, la primavera, teniendo las cualidades del crecimiento y el poder de energía expansiva.

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